O eso al menos parece, ya que Ricardo Izecson dos Santos "Kaká" ha vuelto por la puerta grande al club donde escribió su nombre entre los grandes de la historia. Evidentemente, el Kaká actual no se puede comparar con el gran Kaká que maravilló al mundo, pero tampoco con el que se vio en el Madrid, ya que fue una sombra de lo que realmente es este futbolista.
La vuelta del brasileño al Milan desató la locura entre los aficionados. Desde la temporada pasada el club atraviesa una mala época y los aficionados estaban necesitados de grandes fichajes para volver a creer en el club. Primero fue Balotelli, quien llegó en el pasado mercado invernal y esta vez fue Kaká en verano. Su rendimiento dejaba dudas entre los aficionados ya que como todos sabréis, su paso por el Madrid fue más con pena que con gloria, quedando apartado a un segundo plano. Pero aún así, como hemos dicho, los aficionados se mostraban ilusionados con el fichaje por todo lo que Kaká representa para el club. Historia, grandeza y títulos, recuerdos de una época donde el Milan era temido en toda Europa y sus jugadores eran de los mejores del mundo.
El mediapunta ha respondido a este cariño con rendimiento sobre el campo, aunque su nueva etapa en el Milan comenzó con mal pie ya que se lesionó por un mes nada más arrancar la liga. El brasileño decidió no cobrar su sueldo durante el tiempo en el que permaneciera de baja, ya que las expectativas puestas en él eran grandes y el Milan está viviendo una mala época financiera. Después de eso, se volvió a ver al gran Kaká. Determinante, rápido, inteligente, en resumidas estamos disfrutando del jugador que maravilló al mundo otra vez, aunque en una dosis menor.
Ahora bien, el nivel de Kaká no es más que un efímero consuelo para el aficionado rossonero, ya que la situación en la clasificación es más que alarmante. Undécimos con 22 puntos, con 5 victorias, 7 empates y 6 derrotas en 18 partidos. Están a 10 puntos de Europa y 8 sobre el descenso, lo que una racha positiva o negativa puede marcar la temporada del equipo.
Pero volvamos al tema principal. Sería difícil de imaginar donde estaría el Milan en la clasificación sin Kaká. Está tirando del carro en un equipo falto de calidad, el efecto Balotelli parece haberse esfumado y El Shaarawy ha pasado más tiempo en la enfermería que en el campo (y lo que le queda). El centro del campo está desierto y muchas veces el propio Kaká inicia la jugada para finalizarla él mismo. No en vano lleva 8 goles y 3 asistencias en todas las competiciones (14 partidos). Cifras muy buenas que sirven como ejemplo del buen nivel del brasileño. Hoy mismamente marcó el gol número 100 con la camiseta del Milan, otra gran gesta para el curriculum de este futbolista.
Kaká ha recuperado la magia y el desborde y con esto ha encendido una pequeña llama de ilusión en los aficionados. Pero con esto sólo no se logra nada, el Milan se necesita reforzar y ya han empezado a hacerlo. Rami y Honda son los primeros fichajes del mercado de invierno pero no los únicos. ¿Veremos otra remontada del Milan hasta los puestos de Europa? En la segunda vuelta lo veremos, pero con Kaká el camino parece más sencillo.
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